Muchos son los padres que preguntan si una custodia compartida es mejor que una custodia monoparental y cuáles son los beneficios de esta modalidad. Con las nuevas tendencias jurisprudenciales y normativas como la Ley 5/2011, de 1 de abril, de la Generalitat Valenciana, ha cambiado la visión sobre la mejor forma de guarda y custodia, contemplando la custodia compartida como la medida per se salvo que se demuestre que eso sea expresamente dañino para el/la menor, por significar un riesgo objetivo en alguno de los ámbitos familiares para el futuro desarrollo de los hijos e hijas.
¿Cuáles son los beneficios de la custodia compartida?
En condiciones óptimas, una custodia compartida permite una relación más continuada, fluida y equiparada con ambos progenitores, lo que salvaguarda el derecho de los hijos de tener el mismo contacto con su madre y padre. Ayuda mantener y seguir desarrollando el vínculo afectivo en ambas direcciones, evitando una repentina ruptura en el apego. Un apego seguro en la infancia se relaciona estrechamente con un desarrollo óptimo de la personalidad, asegurando aspectos como la autoestima, asertividad, esquemas vitales más adaptativos y vínculos afectivos sanos y equilibrados en la edad adulta. Ayuda normalizar la situación y evita la triangulación en la familia, incluso es posible que corrija dicha triangulación disfuncional si existiese durante el matrimonio.
Otro de los beneficios de la custodia compartida es que evita el conflicto de lealtad en los niños, y sentirse culpables por estar más con alguno de los progenitores y/o desarrollar roles protectores con el progenitor no custodio. Ayuda entender a los menores que las relaciones de pareja aunque puedan acabar, el amor hacia ellos es algo incondicional, sin generar miedo a perder alguno de los progenitores, lo que aumenta su seguridad y ayuda en la resiliencia y adaptación. Para los adultos también puede ser un beneficio ya que les obliga a reorganizar sus vidas para poder estar con sus hijos y al mismo tiempo dar espacio a sus propias necesidades personales cuando los/las menores estén con el otro progenitor, lo que les ayuda rehacer sus vidas y adaptarse a la nueva situación.
Cuando se tratan los beneficios de la custodia compartida muchos nos plantean la pregunta de si una custodia compartida debe ser semanal o quincenal u pueden haber otras opciones realistas. La custodia compartida tiene el concepto de estar con los dos progenitores de manera igualitaria por lo que la mejor forma de repartir el tiempo va a depender de muchos factores. Estos factores, entre otros, son la edad de los menores, la disponibilidad de cada progenitor, las necesidades de cada niño para poder seguir con una vida más parecida posible a la que llevaban antes del divorcio en cuanto a la rutina diaria, la distancia entre las viviendas, y otros más específicos dependiendo de cada familia. Como norma general, en la mayoría de los casos se suele optar por una custodia semanal empezando la rotación los viernes.
En casos de niños más pequeños se suele incorporar un día entresemana con el otro progenitor para asegurar así mayor continuidad con cada uno. Aún así no existe una fórmula que pueda adaptarse a todas las familias, por lo que si tienes dudas en cuanto cómo distribuir el tiempo siempre puedes pedir ayuda de un psicólogo jurídico que valorará las necesidades y os recomendará la mejor forma de la custodia compartida.
Por otra parte, hay que recalcar que la custodia compartida no siempre es la mejor modalidad para los menores, teniendo en cuenta múltiples factores que puedan en vez de facilitar, empeorar la adaptación y estancar el desarrollo óptimo de los hijos. Por esta misma razón, ante el desacuerdo de los progenitores, es primordial pedir asesoramiento profesional y, en su caso, un informe pericial psicológico que haga las recomendaciones que mejor se adapten a la situación familiar.
Perito Psicologa Judicial